¿vaso medio lleno? o ¿medio vacio?

Primer objetivo: terminar ==> Objetivo cumplido
Segundo objetivo: bajar de 4 horas ==> Objetivo no cumplido

Horas previas: después de muchas dudas de cómo acudir a la gran cita me acabo decantando por la opción del coche. Decisión final acertada, ningún problema para aparcar y nada de tráfico al salir.
Los nervios empiezan ha hacer mella y la parada en los arbustos de los alrededores del estadio olímpico para evacuar todo el lastre que llevábamos encima se me antoja vital ante la que nos viene encima.

Km. 0: Salida plácida un cuarto de hora después de la hora oficial en compañía de Jordi y Guillem, con quienes compartí esos minutos previos de nervios antes de desvirgarnos en el arte maratoniano.

Km. 2: Maldición, ¡acabamos de empezar y ya me estoy meando! veo a un grupo de corredores detrás de unos arbustos y decido unirme a ellos.

Km. 3: Creo que ponerme el reloj de Cristina como último recurso para orientarme con el tiempo no ha sido buena idea, con el sudor se me sale todo el rato, me molesta y decido quitármelo (se me pasa por la cabeza tirarlo pero ante las represálias decido guardarlo en el bolsillo del pantalón aunque moleste un poco).

Km. 5: Enlazo con las liebres de 4 horas, las cuales han salido unos tres minutos antes que yo. El problema del reloj está solucionado, si llego antes que ellos, objetivo cumplido.

Km. 8: Después de estar unos kilómetros con las liebres me empiezo a agobiar ya que hay toda una multidud de corredores siguiéndolos y el ritmo me parece demasiado bajo. De repente escucho el comentario de uno de ellos:
- "Oye, deberíamos aflojar el ritmo, vamos demasiado rápido"
Si, definitivamente decido ir a mi aire, ahí os quedaís liebres... yo voy tirando.

Km. 10: Segunda meada, me giro y tengo a las liebres de - 4 h. pisándome los talones.

Km. 18: Vuelta con la incontinencia, tercera meada. A pesar de la parada las liebres ya han desaparecido totalmente de mi vista.
Con todo y con eso decido seguir hidratándome en todos y cada uno de los avituallamientos.

MITJA MARATO: Creo que el ritmo sigue siendo bueno y se cumplen mis previsiones. Al no ver a las liebres me planteo la posibilidad de bajar incluso de 3:45 h. (¡ILUSO!).

Km. 28: Se acerca el muro y de momento las piernas responden. En el avituallamiento hay plátanos y frutos secos (si están será que deben ir bien). Decido comérme medio plátano y unos frutos secos y me cojo otro medio para dentro de un rato.

Km. 30-35: Ups, ¡flato! no puede ser, mejor parar y que se pase para poder volver a coger el ritmo. Creo que ya ha pasado, mirada para atrás para comprobar la situación de las liebres y lo que me temía: después de muchos kilómetros desaparecidas vuelven a estar ahi.
Empieza la agonia, tengo que volver a parar ya que el flato puede conmigo, como diría Mourinho, ¿POR QUÉ? las liebres están a mi altura y decido unirme a ellas, no pasa nada, si sigo con ellas hasta la meta bajaré de 4 h. (me olvido los 3:45 h.). Otra vez flato, me hundo en la más absoluta miseria... ¡que bajón!

Km. 35-40: Parece que el flato ha desaparecido definitivamente pero con el han desaparecido también todas mis fuerzas, trotando por las calles de Barcelona veo como todos los corredores me van pasando y en mi mente se inicia una cuenta atrás hasta el último kilómetro.

Km. 40-Meta: Oigo una voz entre el público que me dice:
- ánimo, que ya tienes allí la meta
levánto la cabeza y lo único que veo es una recta de 2 km. interminable y con un desnivel que en esos momentos me parece vertical.
Fuerzas cero, arrastrándome llego a la última curva y veo a un corredor de unos 60 años (no exagero) que me adelanta haciendo un exprint hasta la meta.

Al final la maratón nos pone a todos en nuestro sitio, y ahora la cuenta atrás que se ha iniciado es la de los días que faltan para la próxima, en la que espero estemos todos los miembros de BARBACOA SPORT TEAM que hemos participado en esta edición y otros que por motivos varios no han podido acudir.

Lo dicho ¡Allí estaremos!